Diferencias por sexo en el crimen

El estudio de las diferencias por sexo en el crimen puede pertenecer a campos como la criminología (el estudio científico del comportamiento criminal) o la sociobiología (que trata de demostrar una relación causal entre factores biológicos, en este caso sexo, y las conductas humanas). A pesar de la dificultad para estimarlos o medirlos, las estadísticas sobre crimen pueden proveer una vía para investigar tales relaciones, cuya posible existencia sería interesante desde una perspectiva de diferencias de género. Una diferencia observable en las tasas de crimen entre hombres y mujeres puede deberse a factores sociales y culturales, crímenes que permanecen sin denunciar o a factores biológicos (como señalan las teorías sociobiológicas).

Muchos profesionales han ofrecido explicaciones para estas diferencias por sexo en los crímenes. Algunas explicaciones divergentes incluyen la tendencia evolutiva de los hombres al riesgo y al comportamiento violento, diferencias por sexo en las actividades, la educación, el apoyo social y la desigualdad de género. Rowe, Vazsonyi y Flannery (1995) demostraron que las tasas de actos delictivos que confesaron los propios delincuentes son mayores en los hombres que en las mujeres a través de muchas acciones diferentes, lo cual refuerza el hecho de que los hombres cometen más actos criminales que las mujeres.[1]​ Burton et al. (1998) descubrieron que bajos niveles de autocontrol se asocian con actividad criminal.[2]​ Aunque las diferencias de género en la criminalidad de hombres y mujeres son a menudo ignoradas o tomadas por ciertas, hay claras diferencias que deberían conducir a profesionales y académicos a estudiar estos temas más a fondo.

Aunque no todo es el sexo biológico; pues factores como la edad, el estado físico de la persona y su identidad de género son factores muy sustanciales, pues mayormente los crímenes suelen ser perpetrados por hombres entre los 15 y 50 años de edad, lo que deja de lado a los prepúberes y adultos mayores. También se detectó que las personas discapacitadas y transgénero, no sólo son blanco fácil de crímenes de odio y ataques, sino que también son los que con menos frecuencia los cometen. Otros factores como la raza, color de piel, orígen étnico, religión, ideología, nacimiento y orientación sexual no fueron tomados en cuenta o fueron considerados irrelevantes.

  1. Rowe, David; Vazsonyi, Alexander; Flannery, Daniel (1995). «Sex Differences in Crime: Do Means and Within-Sex Variation Have Similar Causes?». Journal of Research in Crime and Delinquency 32: 84-100. 
  2. Burton, Velmer; Cullen, Francis; Evans, David; Alarid, Leanne Fiftal; Dunaway, R. Gregory (1998). «Gender, Self-Control, and Crime». Journal of Research in Crime and Delinquency 35 (2): 123-147. 

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